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¿Estás cansado de lavar los platos a mano después de cada comida? ¿Quieres ahorrar tiempo y esfuerzo en la limpieza de tu cocina? Entonces, un lavavajillas puede ser la solución perfecta para ti.
Un lavavajillas es un electrodoméstico que te permite lavar tus platos, cubiertos y utensilios de cocina de manera rápida y eficiente. Con solo presionar un botón, puedes olvidarte de la tarea de lavar los platos a mano y dedicar ese tiempo a otras actividades más importantes.
Además, los lavavajillas son muy eficientes en el consumo de agua y energía, lo que significa que no solo te ahorrarás tiempo, sino también dinero en tus facturas de servicios públicos.
Existen diferentes tipos de lavavajillas en el mercado, desde modelos compactos para cocinas pequeñas hasta modelos de alta gama con características avanzadas. Algunos lavavajillas incluso tienen programas especiales para lavar platos delicados o para eliminar manchas difíciles.
si estás buscando una forma fácil y eficiente de mantener tu cocina limpia y ordenada, un lavavajillas puede ser la solución perfecta para ti. No esperes más y descubre todas las opciones disponibles en el mercado para encontrar el lavavajillas que mejor se adapte a tus necesidades y presupuesto. Un lavavajillas, lavaplatos o lavatrastes es un aparato electromecánico para limpiar los restos de la comida de la vajilla, cubertería, cristalería y utensilios de cocina. Se encuentra en restaurantes y también en domicilios particulares. El término «lavavajillas», a secas, no debe ser utilizado para referirse a un líquido lavavajillas, que es efectivamente un producto que se utiliza para lavar la vajilla, pero para lavarla a mano y no a máquina.
Una mezcla de agua y detergente para lavavajillas se bombea a uno o varios rociadores giratorios, limpiando la vajilla con la mezcla de limpieza. La mezcla se recircula para ahorrar agua y energía. A menudo hay un preaclarado, que puede o no incluir detergente, y el agua se drena. A continuación se realiza el lavado principal con agua fresca y detergente. Una vez finalizado el lavado, se vacía el agua, entra más agua caliente en la bañera mediante una electroválvula electromecánica, y comienza el ciclo o ciclos de aclarado. Una vez finalizado el proceso de aclarado, se vuelve a vaciar el agua y se seca la vajilla mediante uno de los distintos métodos de secado. Normalmente, se utiliza un agente de aclarado, un producto químico que reduce la tensión superficial del agua, para reducir las manchas de agua provocadas por el agua dura u otros motivos.​
Además de las unidades domésticas, existen lavavajillas industriales para su uso en establecimientos comerciales como hoteles y restaurantes, en los que hay que lavar mucha vajilla. El lavado se realiza con temperaturas de 65-71 °C (149-159,8 °F) y la higienización se consigue mediante el uso de un calentador de refuerzo que proporcionará una 82 °C (179,6 °F) temperatura de enjuague final o mediante el uso de un desinfectante químico.